El texto que han aprobado los ministros europeos establece una arquitectura solvente y segura para activar y catalizar los esfuerzos europeos de lucha contra el cambio climático y supone una oportunidad para que la Unión Europea salga de la actual pandemia de manera reforzada. Este marco va a ser, además, clave para la credibilidad de la Unión y para tener claridad y certeza a la hora de alcanzar la neutralidad climática en 2050, ya que va a permitir revisar el progreso y actualizar los esfuerzos a lo largo del tiempo, asegurando así el avance hacia la neutralidad climática en la UE en 2050. Es lo que pide la ciencia, y lo que están demandando la sociedad civil, las ciudades y regiones, y buena parte del sector privado y financiero.
Sin embargo, a España le hubiera gustado que el texto tuviera más ambición, por eso junto a Suecia, Dinamarca, Finlandia Luxemburgo y Austria, se ha presentado una declaración conjunta para reforzar el texto de la Presidencia y asegurar que todos los Estados miembros contribuyan a nivel nacional al objetivo colectivo europeo de la neutralidad climática en 2050.
GARANTIZAR LA AMBICIÓN CLIMÁTICA
España ha defendido a lo largo de todo el proceso la importancia de garantizar la ambición en la Ley del Clima europea. La posición española es que esta Ley recoja ya un objetivo de reducción de emisiones de, al menos, un 55% en 2030, la necesidad de que todos los Estados miembros avancen hacia la neutralidad climática a 2050 y la importancia de la adaptación poniéndola al mismo nivel que la mitigación, un ámbito fundamental para España dada su especial vulnerabilidad a los impactos del cambio climático. MITERD. 26.10.2020