Entre las principales demandas que hemos transmitido a la Comisión Europea destacaríamos la distinción entre las materias primas secundarias, cuya exportación no supone riesgo para el medio ambiente, y los residuos de menor calidad o que no han sido tratados previamente.
Además se debe de avanzar hacia una armonización efectiva de la clasificación de los residuos y de las garantías financieras, para que los traslados entre Estados miembros contribuyan a la economía circular, y la simplificación de los trámites asociados, para reducir la carga administrativa de los traslados intracomunitarios.
Por último, es prioritario matizar la gran diferencia existente entre los pequeños errores administrativos que se pueden dar a la hora de cumplimentar la documentación y las actividades conscientemente ilegales que provocan grandes problemas medioambientales.