1.Introducción
Tenemos una nueva ley de residuos que continúa regulando también los suelos contaminados, pero que ahora también pretende ser una ley para una economía circular. Aunque, quizás, solo así sea en su título y resulte oportuno preguntarse: ¿Es una ley que posibilita un cambio hacia una economía más circular y, por ello, hacia un futuro más sostenible[1]?.
No es la anterior la única pregunta que nos surge, pues, por ejemplo: ¿Por qué se aborda el residuo alimentario si acto seguido se pretende aprobar una nueva ley para regular el despilfarro alimentario? ¿Los suelos contaminados deberían regularse en la ley de residuos o deberían abordarse en una normativa independiente, con una visión más holística del suelo, tal y como la que plantea aprobar la reciente Estrategia de lucha contra la desertificación?
Lo cierto es que, más allá de las dudas planteadas, podemos afirmar que tenemos una ley extensa, que con toda certeza esconde un arduo trabajo para quienes han colaborado en su elaboración y que seguramente sea necesaria para mejorar nuestra incapacidad de gestionar nuestro modo de producción y consumo-más allá de que con el cumplimiento efectivo de la normativa ahora derogada, probablemente, también se hubiese podido avanzar-. Y también una ley compleja, que se une a una ingente cantidad de cambios normativos recientes en el ámbito de los residuos (traslado de residuos, vertederos, normativa autonómica…). De sus principales cambios normativos, a vuelapluma, podemos señalar los siguientes: […] Terraqui.22.06.2022