Los cierres previstos reducirán la capacidad de producción de papel de Stora Enso en un 35%, hasta los 2,6 millones de toneladas anuales (t/a), y se producen en un momento en el que los fabricantes de la UE se ven obligados a adaptar la producción a las tendencias de la caída de la demanda, que se han acelerado durante la pandemia de COVID-19.
La fábrica de Veitsiluoto, situada en Kemi (Finlandia), con 3 PM, tiene una capacidad total de 732.420 toneladas anuales; dos de ellas producen papel WFU para uso de oficina y una produce papel estucado para otras aplicaciones de impresión y embalaje. La fábrica de Kvarnsveden, en Borlänge (Suecia), cuenta con dos máquinas de papel con una capacidad total de 550.000 toneladas anuales de papel para revista supercalandrado (SC) y papel prensa mejorado.
¿Qué impacto tendrá esta reducción de capacidad en toda la región?
La capacidad total de WFU en toda la UE en el cuarto trimestre de 2020 fue de aproximadamente 7.900.000 toneladas por año. Aunque Stora siga produciendo papel WFU en su fábrica de Nymölla, en el sur de Suecia, el cierre de Veitsiluoto supondrá una reducción de la capacidad en la UE de más del 6%, hasta las 7.400.000 toneladas por año. Una reducción de dos dígitos en la capacidad de producción resulta sorprendente y significativa, pero es probable que no sea suficiente, si se tiene en cuenta la caída en picado de la demanda de esta calidad de papel.
La producción europea de WFU está muy fragmentada; ningún productor tiene una posición lo bastante fuerte como para influir de manera decisiva en los precios del mercado. En este entorno, las empresas que cotizan en bolsa, con unos objetivos de beneficios trimestrales y una mayor flexibilidad de la producción, suelen ser las primeras en reaccionar a las señales del mercado y reducir los volúmenes.
En los últimos 20 años hemos asistido a un cambio global en el consumo de papel de impresión, ya que el acceso generalizado a Internet ha dado paso a una nueva era digital, un gran cambio en la accesibilidad, la recopilación de información y el intercambio de conocimientos que sigue desarrollándose a un ritmo cada vez mayor. En consecuencia, la demanda de papel de impresión y escritura sigue disminuyendo a medida que madura la era digital. Sin embargo, el cierre de oficinas y escuelas en todo el mundo durante los cierres provocados por el COVID ha propiciado la aceleración de la destrucción de la demanda de este sector. PaperAge. 04.05.2021